Caída en precios del petróleo, balanza de pagos, y tasa de cambio. ¿Qué está pasando? Primera parte.
Esta entrada y la siguiente tiene como propósito explicar e interpretar, en los términos más sencillos
posibles, dos fenómenos que están afectando el comportamiento presente de la
economía colombiana: la caída en los precios del petróleo y sus efectos sobre
la cuenta corriente de la balanza de pagos, sobre la tasa de cambio, y sobre las perspectivas de crecimiento.
Aspectos básicos de la contabilidad de la balanza de pagos
La cuenta corriente de la balanza de pagos registra todas las transacciones con recursos reales entre la economía nacional y el resto del mundo. Se agrupan allí las ventas y compras de bienes y servicios (exportaciones e importaciones), la remuneración al capital y al trabajo, y las transferencias netas (recibidas menos pagadas). En esta última categoría se contabilizan como ingresos las remesas que envían al país los colombianos que viven en el exterior.
Para entender el concepto de balanza en cuenta corriente
vale la pena utilizar una ejemplo. Si usted, querido lector, tiene en un año ingresos
por $60 millones y tiene gastos corrientes por $40, usted tiene un superávit en
su cuenta corriente. (Ojo, si usted está pagando un crédito no incluya la amortización
de la deuda dentro de los gastos, gracias a ese pago usted está disminuyendo su
deuda, esta operación se contabiliza en la cuenta de capital, como veremos más
adelante).
Si por el contrato usted, con el mismo nivel de ingresos,
tiene un nivel de gastos de $80 millones, usted incurrió en un déficit. ¿Cómo
pudo hacerlo? Una de dos posibilidades:
usted se endeudó con un banco o con sus amigos, o gastó una parte del
ahorro que tenía guardado. En últimas, usted aumentó su endeudamiento neto con
el resto del mundo (endeudamiento neto es la diferencia entre sus activos y sus
pasivos). Al disminuir sus activos (porque gastó sus ahorros) o al aumentar sus pasivos, usted registró una
entrada neta de recursos de capital: el resto de la humanidad le prestó dinero.
La cuenta corriente de la balanza de pagos es la suma algebraica
de todos los superávits y déficits que registran durante un año los residentes
en un país, sean personas naturales (como usted o yo) o empresas, o sea el
gobierno de ese país (incluyendo gobierno nacional, departamentales y municipales).
Si un país tiene déficit, quiere decir que tiene un nivel
de gastos que está por encima de los ingresos. Ello solo es posible si los
agentes económicos están endeudándose con el resto del mundo, o están
disminuyendo sus activos sobre el exterior (cuentas bancarias en el resto del
mundo, dólares en efectivo, o las reservas internacionales que administra el
Banco de la República). Hay varias maneras de endeudarse: es posible acudir a
créditos bancarios o a emisión de
títulos de deuda en el exterior, pero también es
posible que un inversionista extranjero decida establecer una relación de largo
plazo en una empresa residente en Colombia, sea montando dicha empresa, o comprando
una ya existente. Para quienes están familiarizados con la contabilidad
empresarial, no es extraño que un aporte de capital de un socio se contabilice
como un pasivo. Pues bien, lo mismo pasa en las cuentas de la inversión
extranjera en el país: son un pasivo con el resto del mundo. En el momento en que quisieran llevarse su
dinero, venden o liquidan su empresa y se llevan sus recursos.
Esos pasivos, sea bajo la forma de deuda, o bajo la forma de
inversión extranjera le dan a su dueño el derecho de recibir una remuneración:
son los intereses o las utilidades, según el caso. Estos intereses y utilidades
se registran como gastos en la cuenta corriente.
Las cuentas en
Colombia
Ahora bien, la cuenta corriente del país registra saldos
negativos desde el año 2001. Es decir, entre todos (personas, empresas y
gobiernos) hemos gastado más de lo que nos hemos ganado. En principio, quiero
aclarar, no hay nada inconveniente en tener saldos negativos. Una empresa
próspera y en crecimiento puede tener erogaciones (sumando sus gastos
corrientes y la inversión realizada en adquisición de activos fijos) superiores
a sus ingresos, y ese déficit lo financia con endeudamiento o con aportes de
capital de los socios. No hay nada malo
en eso. También un país puede tener déficits, lo importante es
saber si los gastos que está haciendo, especialmente en inversión de las empresas o del gobierno van a permitir aumentar los ingresos y por esa vía servir la deuda, remunerar al inversionista extranjero con
utilidades, y continuar con el nivel de gasto corriente que le permita mantener
unos niveles aceptables de consumo y de inversión a sus personas, empresas y
gobierno. Es decir, el déficit debe ser sostenible.
Los saldos de la cuenta corriente de la balanza de pagos de
Colombia se registran en este gráfico.
Fuente: Elaborado según cifras del Banco de la República.
Estos son los síntomas claros de un malestar económico que fue identificado en el mundo desde los años setenta. Se llama enfermedad holandesa. La abundancia en exportación de recursos naturales se traduce en declive en la actividad industrial y agrícola, que queda rezagada debido a la revaluación de la moneda nacional.
En la próxima entrada entraremos a examinar la destorcida de esta situación producida por la caída en los precios del petróleo y otras materias primas, y lo que ella representa para el crecimiento de la economía colombiana en el inmediato futuro.
Entre 2008 y 2013 se duplicó el valor del déficit. En los
seis primeros meses de este año, ya íbamos en una cifra semejante al total del
déficit del 2011.
Para valorar adecuadamente esta cifra, normalmente se
utiliza el Producto Interno Bruto generado en el país. En 2008 el déficit era 2,6% del PIB. En el primer semestre de 2014 ya era del 4,2%. Y todavía los precios del petróleo estaban altos.
Un país como Colombia debe hacer sus pagos al exterior en
una moneda internacional: normalmente se hacen en dólares. Es una situación muy
distinta, por ejemplo, frente a Estados Unidos, cuya moneda nacional es aceptada
internacionalmente como medio de pago. Sus ingresos provenientes del resto del mundo normalmente se hacen también en dólares.
Cuando yo tomé mis primeros cursos en Economía, los libros de texto
nos decían que un déficit podría solucionarse automáticamente con la devaluación de la moneda nacional. Si
había un exceso de demanda de dólares (para pagar las importaciones)
sobre la oferta (generada por las exportaciones), lo lógico sería que la tasa
de cambio (pesos por dólar) subiera, porque los dólares serían más escasos. Como
resultado de ello, las importaciones se hacían más caras y las exportaciones podrían
aumentar, porque disminuía su precio en dólares, haciéndolas más competitivas
internacionalmente. Al final, el déficit
tendería a desaparecer, o por lo menos a disminuir.
Tasa de cambio. Revaluación con déficit en cuenta corriente. ¿Cómo es eso posible?
Pero en Colombia en los años recientes pasó todo lo contrario a lo que decían hace años los libros de texto. Entre Enero de 2009 y Junio de este año el peso colombiano se revaluó en un 22%. Incluso, si se toma como punto final de la comparación diciembre de 2012, la revaluación fue del 26%.
Pero en Colombia en los años recientes pasó todo lo contrario a lo que decían hace años los libros de texto. Entre Enero de 2009 y Junio de este año el peso colombiano se revaluó en un 22%. Incluso, si se toma como punto final de la comparación diciembre de 2012, la revaluación fue del 26%.
¿Qué pasó? La respuesta es muy simple. Los recursos que
llegaron al país por la cuenta de financiación (inversión extranjera más deuda)
fueron notoriamente superiores al déficit en cuenta corriente. Es como si usted tuviera un déficit de $20
millones anuales y decidiera endeudarse en $40 millones.
Frente a los déficit registrados en 2012, 2013 y 2014 (Enero-Junio) de $11 mil, 12 mil y 8 mil millones de dólares respectivamente, en cada uno de estos años entraron por la cuenta de capita $16 mil, $19 mil y $10 mil millones de dólares.
Una parte de ese exceso de dólares fue comprado por el Banco
de la República, y ello evitó que la revaluación fuera mayor. Entre finales de
2008 y Junio de 2009 las reservas internacionales (allí se contabilizan los dólares comprados por el Banco Central), prácticamente se duplicaron, al pasar de $23 mil a $45 mil millones de
dólares. El excedente en dólares que no fue comprado por el Banco, se quedó en
el mercado, aumentando su oferta, y ello explica la revaluación. En términos reales (es decir,
teniendo en cuenta el efecto de la inflación relativa de Colombia con relación a
la de los países con los cuales comerciamos), el peso se revaluó en un 20%.
En una situación normal, esta revaluación hubiera castigado
el monto de las exportaciones colombianas. Pero esta no es una situación normal:
el gran auge de las exportaciones estuvo ligado a un incremento tanto en el
precio como en la cantidad de petróleo y en menor medida, de carbón exportado. El
valor de las exportaciones de petróleo y de carbón aumentaba (ellas no son
sensibles a la tasa de cambio) pero el resto de exportaciones sí caía o en el
mejor de los casos se estancaba. El resultado es que el sector minero (petróleo y minas y canteras, según la clasificacion del DANE) pasó de representar un 38% de las exportaciones en el 2009 a
un 60% en el primer semestre de este año.
El alza en los precios del petróleo y del carbón explican
también el “exceso de financiación” y la llegada de dólares. Mientras el sector
minero representaba solo el 3% de la inversión extranjera a principios de
siglo, esa participación llegó a ser del 50% en 2013. El alza en
los precios de petróleo y carbón explicó la abundancia de dólares por dos vías diferentes:
por el incremento en las exportaciones, y por la abundancia de inversión
extranjera. Estos son los síntomas claros de un malestar económico que fue identificado en el mundo desde los años setenta. Se llama enfermedad holandesa. La abundancia en exportación de recursos naturales se traduce en declive en la actividad industrial y agrícola, que queda rezagada debido a la revaluación de la moneda nacional.
En la próxima entrada entraremos a examinar la destorcida de esta situación producida por la caída en los precios del petróleo y otras materias primas, y lo que ella representa para el crecimiento de la economía colombiana en el inmediato futuro.
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